Mi historia de embarazo y parto no es la historia feliz que esperaba, fue la peor pesadilla traumática de mi vida. Soy víctima de negligencia medica y violencia obstétrica que resulto con el homicidio de mi hija Lara y yo también casi pierdo la vida. No entendía porque me había pasado a mi y pensé que era la única, hasta que empece a contar mi historia para que el doctor no le pudiera hacer daño a nadie más (lo tengo demandado).
Me escribieron miles de mujeres. Realice que no era la única, ni cerca, pero que vivimos en una cultura extraña donde se ha perdido la humanidad y la empatía. Tampoco hablamos del embarazo ni del parto. No fue hasta mi viaje de sanación a África que realicé lo desconectadas que vivimos. Por eso hago esta fundación para poder educar, acompañar y empoderar a las mujeres a través de su proceso.